Seguro la vió, ahí,
bella y durmiente.
Seguro se acercó,
suavemente,
y de golpe recibió:
la tibieza de su cuerpo,
el olor de su cabello,
la geometría de sus formas,
el vaivén de su respiración,
que decidió, por fin,
besarla.
la geometría de sus formas,
el vaivén de su respiración,
que decidió, por fin,
besarla.
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