Sigue el camino amarillo, dijiste,
y así de golpe
encontré algo que le dicen libertad.
Esta libertad que ahora duele.
Y cae, como las gotas de lluvia
de la matinal tormenta
que miro desde otra ventana.
Y vuela, como el pájaro
que cada mañana, con su canto,
ya no me despierta.
Y vive, y respira, y sueña.
Y duele ...
Ser el árbol,
ser la sombra,
o el viajero que a sus pies reposa.
Ser el árbol,
ser la rama,
o la hoja que vencida se desprende
y se entrega al suelo.
Ser la noche triste
de un árbol sin sombra,
una rama sin hojas,
y un viajero sin descanso,
que se lleva el viento.
Me encontré,
donde guardan los objetos olvidados.
Quise llorar,
en la puerta de la casa de la risa.
Puse mi altar,
en la iglesia de los santos sin devotos.
Aprieta los dientes.
Cierra los ojos.
Ya viene el golpe...
Al borde del Tártaro estoy
he sido Teseo, Aquiles, Prometeo
a veces Jasón, Hércules y Odiseo.
Cómo rescato a Perséfone
con este falso disfraz?
Que Zeus le quite el castigo,
que me regrese la paz.